Era principios de verano y concretamente el pasado 17 de junio cuando Coldplay anunció el lanzamiento de su flamante y décimo álbum de estudio, “Moon Music”. Habiendo llegado ya a nuestro país unos días antes y habiendo ofrecido dos de los mejores conciertos con entradas agotadas que este lugar ha acogido como parte de su gira de cuatro años “Music of the Spheres World Tour”, Coldplay llega a nuestras casas. de nuevo con su disco más prometedor hasta el momento.
A través de Parlophone y Atlantic Records, el álbum se estrenó el 4 de octubre con un tracklist compuesto por diez canciones en total. Todo es perfecto entre sí y en perfecta armonía entre sí. Para la producción del disco, Coldplay colaboró con Max Martin, Oscar Holter, Bill Rahko, Dan Green y Michael IlbertIlya y el resultado está disponible para disfrutar tanto en su formato digital como analógico.
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El álbum fue grabado parcialmente en el estudio Punta Paloma en Tarifa, España. Coldplay pasó dos semanas en la oficina, entre julio y agosto de 2024, y la utilizó como “base de operaciones” mientras daban sus shows en Roma, Düsseldorf y Helsinki. Cuando se le preguntó sobre el significado del título, Chris Martin afirmó que “se trata de aceptar todas las diferentes fases [de la vida]” y “hacer brillar tu luz sin necesitar nada a cambio”.
Como dijo Martin durante el concierto de la banda en Atenas, “Feels Like I’m Falling in Love” es el primer sencillo lanzado para promocionar el disco. Grecia fue el país que optó por hacerlo oficial, mientras que un día después de su último concierto, la banda y los fans (tras una llamada de Instagram) estaban en Herodion para el rodaje del fantástico vídeo musical de la canción. El resultado fue mágico y todos seguimos orgullosos de este honor para nuestro país.
Luego, Coldplay lanzó una colaboración única para el segundo sencillo oficial del álbum. Estamos hablando del tema “We Pray”, para el cual unieron fuerzas con Little Simz, Burna Boy, Elyanna y TINI. “We Pray” debutó en vivo en su reciente concierto en Glastonbury. “Hasta que muera, déjame abrazarte si lloras… Ya sea que llueva o llueva a cántaros, soy todo tuyo”, canta Chris Martin en “All My Love”, una balada de piano tan dulce que inevitablemente te convertirá en el más Hombre romántico de mundo.
“Good Feelings” suena como si perteneciera a una escena de una película de “Trolls”, donde nuestros pequeños héroes han reclamado algo llamado Joy Matrix de sus competidores, todo disco-funk, slap bass y murmullos con tintes franceses. “Aeterna” es una especie de éxito balear chic para aquellos que encuentran a Fred Again… un poco demasiado progresivo, pero su tono etéreo, extrañamente percusivo, está magníficamente equilibrado.
Es cierto que el álbum se cierra con una pieza musical terrible, la melodía pop sinfónica sub-Sigur Rós de “One World”, sobre la cual Martin decide que “al final es solo amor”, como si trajera la paz mundial. La verdad es que el amor no es suficiente para conquistar todos los males multifacéticos que enfrenta la humanidad, pero Coldplay sigue siendo un ensueño. Pero esa ingenuidad y ese obstinado optimismo siguen siendo embriagadores y también son su mayor fortaleza.