Se trata de seis canciones de punk rock básico, inmediato y entretenido con letras que no son profundas, son mas bien divertidas, que pueden hablar de personajes, de un chico y una chica, ficticios o reales.
“A los 13 años descubrí el punk rock. Creo que las cosas que te pasan a esa edad te marcan de por vida, por eso nunca dejé de escucharlo, nunca dejó de gustarme. Y cuando recibo una llamada del Punk, siempre atiendo.” Dijo Gori.
“Junté este puñado de 6 canciones y le pedí a mi amigo Chino Biscotti, de Cadena Perpetua —que es uno de los bateristas de acá que más me gustan y admiro— si me grababa las baterías. Con el Chino pasa algo que no me pasa con mucha gente: puedo ir a un estudio sin haber ensayado. Él se sienta en la batería y yo, del otro lado del vidrio, le hago señales para indicarle si tiene que tocar tal platillo, si va abierto o cerrado, fuerte o suave, si va a la chancha, si hay apoyos, cortes, o cuándo termina el tema. Todo con un idioma de señas que inventamos en el momento. Después grabé las guitarras, bajos y voces en mi casa, y le pedí al Kolo Taccone que lo mezcle. La foto de tapa me la sacó mi compañera Flor Bocona este verano en Quequén, y el diseño lo hizo Roy García, otro groso que tiene toda mi admiración. Edito este disco porque, si no, esas canciones mueren en mi computadora.”
GORI